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Techos verdes

Desde los antiguos Jardines Colgantes de Babilonia, la integración de la naturaleza en el paisaje urbano siempre ha sido muy deseable para los habitantes de las ciudades. 

La inspiración para los techos verdes contemporáneos provino de Islandia, donde los tejados y las paredes de césped se han usado durante cientos de años.

Pero la tecnología de los techos verdes actuales se originó en Alemania en la década de 1960 y desde comienzos del siglo XXI se han vuelto muy populares en toda Europa, principalmente por sus impactos ambientales positivos.

Los techos con vegetación consisten en cultivos de plantas en un medio de crecimiento (mezcla de sustratos) instalado sobre la membrana impermeabilizante de un edificio.

Se reconocen dos tipos principales:

- Techos verdes intensivos: son los que se considerarían un "jardín en la azotea". El sustrato es profundo, más de 20 cm, generalmente en macetas o jardineras, y la vegetación varía desde hierbas de cocina o flores, hasta arbustos y árboles pequeños. Son accesibles a los visitantes e integran elementos como bancos o pérgolas de sombra. 

- Techos verdes extensivos: el medio de crecimiento es de 5 a 15 cm de profundidad, son más livianos y requieren de un sistema bien proyectado. En general, comienzan con una capa de drenaje que puede variar desde grava simple hasta láminas de plástico moldeadas, especializadas, con vasos colectores de agua. Por encima de la capa de drenaje hay una barrera de membrana textil y una mezcla especial de suelo. Las plantas elegidas suelen ser tolerantes a la sequía para que requieran poco riego. Los techos verdes extensivos generalmente no son accesibles, excepto para mantenimiento.

Los techos verdes tienen requisitos estructurales, muy especialmente los intensivos. Algunos edificios ya existentes no pueden ser modificados porque no soportarían el peso del suelo y de la vegetación.

Como los techos pueden representar hasta el 32% de la superficie horizontal de las áreas urbanas, la adición de vegetación puede disminuir los efectos negativos de los edificios.

Se ha demostrado que los techos verdes aumentan el aislamiento acústico, la resistencia al fuego y la vida útil de la membrana. Pueden reducir la energía requerida para el mantenimiento de los climas interiores porque la vegetación intercepta y disipa la radiación solar y pueden mitigar la escorrentía de las aguas de lluvia de las superficies mediante la recolección y retención de la precipitación, lo que reduce el flujo hacia la estructura. Otros beneficios potenciales incluyen la amenidad del espacio verde, oferta de hábitats para la vida silvestre y mejora de la calidad del aire.

Se ha medido que el flujo de calor del techo de un edificio en verano se puede reducir en aproximadamente un 80%, y por lo tanto, el consumo de energía para la refrigeración puede disminuir hasta un 16%  en comparación con un edificio equivalente sin techo verde. Una tendencia similar se observa para la temporada de invierno dependiendo de las condiciones regionales y climáticas. La diferencia de temperatura entre los techos convencionales y verdes en invierno es de unos 4 °C en promedio.

En los últimos años, los investigadores también han centrado su atención en el papel que los techos verdes pueden desempeñar en la conservación de la biodiversidad, sobre todo en ciudades donde los espacios naturales son escasos.

Han producido una creciente cantidad de evidencia que sugiere que los techos verdes pueden proporcionar refugio vital para animales, al menos especies móviles como invertebrados y pájaros.

En Basilea, Suiza, los techos verdes se han convertido en una parte importante de la estrategia de biodiversidad de la ciudad. En uno de ellos se registraron 79 especies escarabajos y 40 de arañas; 13 de los escarabajos y 7 de las arañas consideradas en peligro de extinción. En otro se ha comprobado que además de fuente de alimentación, los techos verdes pueden servir para la cría de aves que anidan en el suelo.

Por todo esto, el diseño de los techos verdes se está volviendo cada vez más sofisticado. Los ecologistas han comenzado a buscar alternativas que incorporan micro-hábitats personalizados para especies particulares o imitan más estrechamente a los ambientes naturales, con micro topografía que incluye huecos, "acantilados", rocas dispersas, madera y más diversidad en la vegetación.

En todo el mundo, los responsables políticos y el público se están volviendo cada vez más conscientes de los beneficios de los techos verdes. 

La ciudad de Buenos Aires aprobó en 2012 la Ley Nº 4428 de Techos y Terrazas Verdes por la cual, mediante deducciones de impuestos, se buscar incentivar su instalación en la ciudad.

Fuentes:

Becim AB & Cuce E. 2017. Green roofs and facades: A comprehensive review. Renewable and Sustainable Energy Reviews 82(1):915-939

Seattle Gov. 2007. City Green Building - Green Roofs." Seattle Department of Planning and Development.

Oberndorfer, E et al. 2007. Green Roofs as Urban Ecosystems: Ecological Structures, Functions, and Services. BioScience, Vol 57 (10): 823–833 https://doi.org/10.1641/B571005.

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