
De
Huertas
y Jardines
Cultivos sin suelo prehispánicos
Alrededor del 1320, los aztecas fundaron la ciudad de Tenochtitlán en una de las islas del lago Texcoco, que por aquel entonces era muy grande. La ciudad creció rápidamente y se convirtió en el mayor asentamiento urbano de la América pre-hispana, con una población que llegó a los 250.000 habitantes.
Para alimentarla, los aztecas debieron superar las limitaciones que tenían en cuanto al terreno, y con una admirable visión y la más sofisticada ingeniería perfeccionaron las chinampas o jardines flotantes.
Se sabe que grupos asentados previamente en la zona, como los toltecas, ya habían creado complejos acueductos, terrazas y plataformas de cultivo; por lo que a ellos se les atribuye su invención.
Las chinampas eran estructuras flotantes, rectangulares, de dimensiones variables (100 a 900 m²) que tenían una base de troncos y varas, donde se depositaban en forma intercalada: barro del fondo del lago, piedra fina y material vegetal en descomposición (pasto, cáscaras de frutas y hortalizas, restos de flores).
Lo primero que se sembraba era un sauce, de rápido crecimiento, para que sus raíces se extendieran por el agua hasta la orilla y sirviera tanto de sostén temporario de la plataforma como de soporte para el acceso de los cultivadores.
Su desarrollo fue posible porque el lago Texcoco, poco profundo y cenagoso, proporcionó el medio ideal.
Las chinampas aumentaron el área de tierra disponible para el cultivo y fueron un modelo para muchas otras ciudades.
Se complementaban con semilleros para producir los plantines que luego se trasplantaban, lo que aseguraba la cosecha continua de los cultivos.
Se estima que el área convertida en chinampas que se alcanzó durante el período azteca fue de alrededor de 9.000 a 10.000 hectáreas, y que el cultivo predominante era el maíz.
En documentos históricos se describen varios tipos de chinampas.
El clérigo José de Acosta, en 1590, relató que el suelo se amontonaba sobre juncos de tal manera que "el campo no se hundía". También notó que podían moverse de un lugar a otro.
Casi 200 años después, Francisco Clavijero ofreció una descripción ligeramente expandida, señalando primero, como Acosta, que lo que estaba a punto de describir "será difícil de creer". Clavijero afirmó que las superficies de plantación se formaron a partir del barro del fondo del lago amontonado encima de un malla de tallos entrelazados y raíces de plantas acuáticas, y afirmó que estas chinampas aún existían en el momento de la escritura (1780). Estas plataformas rectangulares, no sólo flotaban, sino que "podían ser remolcadas a un nuevo lugar cada vez que el agricultor se peleaba con un vecino o echaba de menos a su familia".
Cuando los conquistadores españoles tomaron el control de la tierra azteca; comenzaron a secar el lago, creando una base para la actual Ciudad de México, lo que fue reduciendo progresivamente la superficie destinada a cultivos flotantes.
Sin embargo, durante gran parte del período colonial y hasta hace poco tiempo, la chinampería fue una fuente importante de hortalizas y maíz para muchos pobladores de México.
Sólo en la comunidad suburbana de Xochimilco, el sistema de canales se mantuvo y fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987 y uno de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la FAO en 2018.
Fuentes:
Losada HR, Vargas JM, Cortés J, Vieyra JE, Alemán V, Rodríguez R, Luna L. 2017. The Original Villages of Mexico City: New ways describe History and Agriculture. Journal of Anthropology and Archaeology December, 5 (2): 18-30.
Marino J & Sanders WT. 1973. Prehistoria del Nuevo Mundo, Edit. Labor, Barcelona, 110-111 ISBN 84-335-5708-4.
Torres-Lima, P. & Rodríguez-Sánchez, L. 2008. Farming dynamics and social capital: A case study in the urban fringe of Mexico City. Environ Dev Sustain,10: 193. https://doi.org/10.1007/s10668-006-9059-y