
De
Huertas
y Jardines
Gregor Johann Mendel
1822-1884
Nació en un pueblo de Heinzendorf, en el norte de Moravia, República Checa. Hijo de labradores, por parte de madre descendiente de jardineros, pasó sus primeros años en contacto con la realidad de la tierra, la siembra, el ritmo de las estaciones, el cultivo del campo, los injertos y las cosechas.
Tras sus estudios de Biología, Física y Matemática en la Universidad de Olmutz, ingresó como fraile en la abadía de Brno. No era firme su vocación y quiso convertirse en profesor de Ciencias en la Universidad de Viena, pero fracasó y volvió a la vida monástica.
Gracias a las grandes aptitudes que mostraba para las Matemáticas y su pasión por la Botánica inició una serie de experimentos con arvejillas ornamentales en el monasterio, llegando a plantar más de 30000 ejemplares en 8 años.
La elección de esta especie no fue casual, ya que conocía a la perfección las técnicas de su cultivo, sabía que era posible tanto la autofecundación como la polinización cruzada, que se podían obtener números elevados de descendientes en poco tiempo y, además, disponía de muchas variedades de semillas con características diferentes.
Trazó un plan de trabajo escalonado, utilizando grandes poblaciones de la misma especie preservadas de polinizaciones extrañas. Entre 1856 y 1863, efectuó sus experimentos en un sector de 7 x 7 m en el jardín del monasterio y usó la técnica de fecundación artificial en cada una de 12000 plantas.
Describía sus caracteres: forma de las semillas maduras (lisas o rugosas), color de los cotiledones (amarillo o verde), color del tegumento seminal (blanco o gris), forma de la vaina madura, color de las vainas inmaduras (verdes o amarillas), posición de las flores (axilares o terminales), longitud de los tallos (largos o cortos).
La interpretación de los registros que observaba en las nuevas generaciones lo llevó a pensar que los caracteres de los padres no se mezclaban sin orden en los hijos.
Y aunque varios científicos en las décadas previas habían trabajado en la hibridación de plantas, el gran aporte de Gregorio fue considerar los caracteres hereditarios como entidades que se transmiten independientemente entre ellos.
Fue el primero en concebir a los seres vivientes como un mosaico de caracteres con transmisión hereditaria independiente.
Aunque sus conclusiones fueron publicadas en la Sociedad para el Estudio de la Ciencia Natural de Brno, y discutidas en ámbitos académicos, no se supo reconocer su valor hasta comienzos del siglo XX, cuando otros investigadores mediante el estudio de diferentes plantas, llegaron a los mismos resultados obtenidos por Mendel 35 años antes.
En 1868 fue elegido abad, y comenzó entonces una nueva vida. Abandonó sus investigaciones en híbridos, quizás decepcionado por la falta de comprensión del ambiente científico; pero no dejó de observar la realidad vinculada a los problemas del campo y sus cultivos.
En sus últimos años -murió a los 66- produjo trabajos sobre meteorología: reunió datos sistemáticos de observaciones, mediciones de nivel de agua de lluvia, contenido de ozono en el aire y seguimiento de las variaciones de tamaño de las manchas solares.
Actualmente sus trabajos se consideraron el punto de partida de la Genética, utilizando el método científico y haciendo una correcta interpretación estadística.
Fuentes:
Aquilino Amez, M. 2015. El legado de Mendel, 150 AÑOS del genio de la Genética. Vida Científica, 8: 141-142.
García Marcos, F. 1984. Gregorio Mendel: Aporte histórico a la genética. Aproximación a una interpretación epistemológica. Revista de la Universidad Católica Argentina, Universitas: 72-73.