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El vademecum de la herboristería

La farmacognosia es la ciencia que estudia las propiedades físicas, químicas, biológicas y farmacéuticas de las drogas de origen natural e incluye en su campo de acción la búsqueda de nuevos principios activos  a partir de recursos naturales.

En la historia antigua, el escritor más destacado sobre drogas vegetales fue Dioscórides, "el padre de la farmacognosia", quien, como médico militar del ejército de Nerón, estudiaba las plantas medicinales donde quiera que viajara con los soldados romanos.

Había nacido en Grecia alrededor del año 40, y además de la medicina practicó la química y se formó en la botánica.

Alrededor del año 77 terminó su De Materia Medica, un clásico de la farmacopea antigua, que ofreció  cuantiosos datos sobre plantas medicinales y se constituyó en el texto médico básico hasta el Renacimiento, o sea por casi 1600 años.

Del total de 944 drogas incluidas en el libro, 657 son de origen vegetal, con descripciones de la apariencia externa, localización, modo de recolección, elaboración de las preparaciones medicinales y su efecto terapéutico.

Además proporcionaba los nombres en otros idiomas junto con las localidades donde crecían.

En De Materia Medica, las plantas que tienen un efecto leve son dominantes, pero también hay referencias a las que contienen alcaloides u otras materias con un efecto fuerte, como el eléboro fragante y falso, la amapola, el ranúnculo, el beleño o la belladona.

Dioscórides hizo una lista con las plantas domésticas más apreciadas en la época por sus propiedades medicinales: sauce, manzanilla, ajo, cebolla, malva de pantano, hiedra, ortiga, salvia, centauro común, ciliantro, perejil.

La manzanilla, conocida bajo el nombre de chamaemelon, se usaba para curar heridas, picaduras, quemaduras y úlceras, y también para limpiar y enjuagar los ojos, los oídos, la nariz y la boca. Debido a su acción carminativa leve, se recomendaba para las molestias intestinales de los niños. Dioscórides consideró que la manzanilla tenía una acción abortiva, y escribió: "La flor, la raíz y toda la planta aceleran la menstruación, la liberación del embrión y la descarga de orina y piedras, siempre que se utilicen en forma de infusión y baños".

Esta creencia falsa fue abrazada más tarde por los romanos y los árabes; de ahí su nombre latino de Matricaria, derivado de matrix que denota madre, matriz, vientre, útero.

Dioscórides diferenció varias especies del género Mentha, que fueron cultivadas y usadas para aliviar el dolor de cabeza y de estómago.

El perejil era recomendado como diurético, la corteza de roble con fines ginecológicos, y el sauce blanco como antipirético.

Entre los grandes y múltiples descubrimientos de Dioscórides figura la utilización de la mandrágora para inducir a la anestesia en personas que debían recibir un tratamiento quirúrgico o para la cauterización de sus heridas.

Dioscorides ya señaló la posibilidad de falsificación de drogas, tanto las domésticas como el opio obtenido de la amapola amarilla y otras que reemplazaban a las drogas orientales más caras, transportadas por los comerciantes árabes desde el Extremo Oriente, como el iris, el cálamo, el cardamomo o el incienso.

Le preocupaba la clasificación de los remedios y le importaba sobremanera haber visto los efectos con sus propios ojos. Opinaba que cada planta debía ser observada en su hábitat y durante todo el año.

En el siglo X, en la época de Abderramán III (891-961), califa de Córdoba, De Materia Medica se tradujo al árabe. Esto salvó del olvido la obra de Dioscórides, que así pudo estar en vigencia hasta el siglo XVII, curando con sus recetas y consejos a miles de personas Oriente y de Occidente.

La obra de Dioscórides entró en la Europa medieval a través de las traducciones de los manuscritos árabes.

En 1518, Antonio de Nebrija realizó la primera traducción al latín, en 1555 Andrés Laguna, médico del papa Julio III, la tradujo al español y la primera traducción al inglés fue obra de John Goodyer en 1655.

El libro continuó editándose y perfeccionándose con el agregado de ilustraciones hasta mediados del siglo XVIII, y en el siglo XIX se realizó la primera copia facsímil.

Todavía sigue publicándose con distintos objetivos: histórico-médicos, filológicos, botánicos, para profundizar en el conocimiento de las creencias populares y también para el estudio de la prosa científica.

Por todo ello, se considera el vademecum más consultado de la Historia.

Fuentes:

Elía, R H. 2009. Dioscórides rescatado por los árabes. Byzantion nea hellás, 28: 27-49. dx.doi.org/10.4067/S0718-84712009000100002

Fresquet, JL. 2005. Dioscorides. Historia de la medicina.org 

Petrovska, B. B. 2012. Historical review of medicinal plants’ usage. Pharmacognosy Reviews, 6(11) 1–5. http://doi.org/10.4103/0973-7847.95849

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