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Las ciencias sostienen el desarrollo de tecnologías exitosas

para el manejo de las plantas de nuestras huertas y jardines

Adaptarse al CC  permitirá obtener beneficios: más rendimientos  por  extensión de  temporadas  benignas o diferenciaciones por mayor capacidad antioxidante de plantas que crecieron bajo  estrés

La vegetación permite que el flujo de calor que un techo emite hacia las paredes de un edificio se pueda reducir hasta en un 80%, y así, el consumo de energía para  refrigeración disminuya en un 16 % en promedio.

Las huertas verticales pueden aprovechar instalaciones urbanas en desuso y minimizar  muchos  riesgos de la actividad fruti hortícola, como el clima, las plagas, la estacionalidad y los costos de transporte desde lugares remotos.

Los desafíos ambientales están siendo vencidos por la tecnología y por la necesidad de contar con productos frescos y  saludables para el bienestar  de los equipos de técnicos y científicos de las bases. 

Actualmente se pueden desarrollar coberturas comestibles basadas en residuos de frutas y verduras con nuevas funcionalidades promotoras de la salud, como películas probióticas o prebióticas.

Los alimentos funcionales tendrán un éxito asegurado, pero  limitados en su avance hasta que organismos acreditados de salud pública confirmen sus beneficios y los comuniquen de manera efectiva al consumidor

La aeroponia será una buena alternativa para cultivar hortalizas orgánicas en poco espacio, como en las áreas urbanas, o donde se impone el ahorro de agua, como en regiones áridas. 

La vegetación urbana es una medida rentable y natural para cumplir con los estándares de aire limpio. Pero su diseño, beneficios e inconvenientes deben ser evaluados por los responsables políticos de los municipios.

Un equipo de científicos suecos logró que una rosa con su tallo genere electricidad aprovechando su propio proceso de fotosíntesis. Pronto iluminaremos nuestras viviendas con plantas electrónicas.

A pesar de los avances alcanzados en la construcción de sistemas fotosintéticos artificiales sigue siendo un reto la obtención de combustibles como el hidrógeno a un costo que pueda competir con los derivados de fósiles.

La información provista por los sensores remotos sirve para identificar, analizar y gestionar la variabilidad temporal y espacial de los parámetros de un cultivo; y lograr así la aplicación oportuna y mínima de una intervención.

La utilidad del polen como herramienta forense se debe a su pequeño tamaño, su resistencia, su abundancia y su morfología, lo que permite la identificación segura de plantas específicas.

El uso de lana de oveja como  sustrato de plantines y como  fertilizante orgánico,  dará una oportunidad de comercialización para descartes de la esquila a la vez que un insumo óptimo para la producción de hortalizas.

La aparición masiva de luces LED en los invernaderos ofreció la posibilidad de manipular las formas de las plantas reduciendo la necesidad de intervención química.

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