
De
Huertas
y Jardines
Sensores remotos para la huerta
Con el aumento de la población, la urbanización y el agotamiento de los recursos naturales, se impone un cambio de paradigma en la percepción de la producción, la productividad y la rentabilidad de los cultivos en general, y de los hortícolas y frutícolas en particular.
Crece la necesidad de promover manejos específicos para lograr un crecimiento en la producción que garantice la calidad del producto y una mejor remuneración por unidad de tiempo y de área con el uso racional de los recursos naturales.
En este esfuerzo, la agricultura de precisión se presenta como la tecnología de primera elección.
El profesor Pierre Robert, de la Universidad de Minnesota, considerado como uno de sus gestores desde 1990, la definió como una revolución de la información que es posible gracias a las nuevas tecnologías, entre las que se encuentran los sensores remotos.
Un sensor remoto es un equipo que nos permite recolectar información, datos, a distancia, sin estar físicamente presente.
En las ciencias agronómicas, la información provista por los sensores remotos sirve para identificar, analizar y gestionar la variabilidad temporal y espacial de los parámetros agronómicos de un lote (por ejemplo, suelo, enfermedades, agua, nutrientes); y lograr así la aplicación oportuna y mínima de una intervención y la optimización de la rentabilidad y la sostenibilidad.
Los datos obtenidos por sensores remotos, generalmente ubicados en un drone, un avión o un satélite, son registros de la emisión electromagnética y de reflectancia de un cultivo. Este tipo de información tiene bajo costo y puede ser muy útil tanto para sitios de fácil acceso como para regiones intransitables.
La luz solar reflejada está formada por las longitudes de onda ultravioleta, visible (roja, verde y azul) e infrarroja. Las plantas verdes absorben las rojas y azules y reflejan el verde y el infrarrojo.
Midiendo las longitudes de onda reflejadas con cámaras multiespectrales, se puede estimar el vigor de las plantas o cualquier problema como enfermedades o deficiencias de nutrientes. Se puede correlacionar el color del suelo con la materia orgánica o con la humedad.
La reflectancia de la luz (del sol o de alguna fuente artificial) se ha utilizado en la agricultura de precisión en forma de índices de vegetación. El más empleado es el Índice de Vegetación Normalizado (NDVI).
Los datos derivados del NDVI sirven, por ejemplo, para hacer un seguimiento del índice de área foliar y brindar apoyo para habilitar un riego o para dosificar la fertilización o para establecer el momento de cosecha.
Los sensores remotos también se utilizan para medir la temperatura. Cualquier objeto que esté por encima del cero absoluto emite radiación electromagnética. Las cámaras térmicas pueden detectar diferencias de temperatura en las plantas y evaluar su estado.
En base a la reflectancia espectral se han hecho determinaciones del contenido de nitrógeno en el rastrojo de una remolacha azucarera o del contenido de cafeína y otros compuestos en una plantación de té o del contenido de azúcares en montes de naranja o de fenoles en vides; por lo que el NDVI y la espectroscopía tienen un alto potencial para monitorear también la calidad de los cultivos.
Durante la última década, el uso de vehículos no tripulados o sistemas piloteados a distancia ha crecido significativamente. Ya en 2008 se comenzaron a usar robots y se inauguró una nueva era en la agricultura.
Estudios recientes han demostrado que los sensores remotos que brindan información sobre el estado de las plantas y que se incorporan a ellos están potenciando la revolución en el manejo de los cultivos que proveen alimento a la humanidad.
Fuente:
Das, U., Pathak, P., Meena, M.K. & Mallikarjun, N. 2018. Precision Farming a Promising Technology in Horticulture: A Review, Int. J. Pure App. Biosci. 6(1): 1596-1606, doi: http://dx.doi.org/10.18782/2320-7051.3088