
De
Huertas
y Jardines
Reaccionan al toque
La percepción y la respuesta física de las plantas a los estímulos mecánicos casi siempre impresionan al observador y capturan su imaginación, ya que tales comportamientos son inesperados en criaturas generalmente inactivas. Estas respuestas rápidas de las plantas a los estímulos táctiles se conocen como tigmonastía (del griego thigma: tacto).
Las plantas tigmonásticas son bien conocidas desde la antigüedad - el primer reporte que se conserva fue escrito unos 400 años antes de Cristo - y sin embargo todavía resultan fascinantes.
En el caso de Mimosa pudica, también llamada "no me toques" o "la planta sensible", a fines del siglo XVI Cristóvão da Costa describió por primera vez su comportamiento, por entonces era una especie que comenzaba a importarse desde su Brasil natal a Europa.
Una estimulación táctil provoca un plegamiento muy rápido de los pequeños foliolos que componen sus hojas doblemente compuestas.
Sorprendentemente, la respuesta táctil no está restringida al foliolo estimulado, sino que puede propagarse a todas los vecinos de la misma hoja; y un estímulo más fuerte, como el resultado de heridas, puede provocar el plegamiento en hojas localizadas a distancia.
El plegado rápido de los foliolos es útil para ahuyentar a los posibles depredadores y dar la apariencia de una comida menos voluminosa. Alternativamente, los movimientos de la hoja pueden ser un mecanismo para exponer espinas protectoras.
El cierre de los foliolos de Mimosa resulta de una pérdida de turgencia de unas células llamadas extensoras, una especie de motores especializados ubicados en las bases. Frente a los extensores están los flexores. Cuando los extensores pierden turgencia, las células flexoras se estiran. Este conjunto conforma un órgano llamado pulvino.
El impulso eléctrico actúa sobre una hormona vegetal que hace que el agua migre hacia el tejido intercelular, los pulvinos pierden turgencia y los folíolos se doblan. Luego de 15 a 30 minutos el agua se difunde nuevamente hacia las mismas células de los pulvinos de las que salió, y la hoja regresa a su posición original. Todavía es incierto cómo pulvinos localizados lejos del sitio inicial de estimulación recibe las señales, así cómo estas señales pueden viajar a través de tejidos muertos, como secciones de ramas de la misma planta.
Estos hechos han merecido la dedicación de muchos científicos, ya que cuando se complete el entendimiento de los mecanismos tigmonásticos, seguramente se encontrarán aplicaciones prácticas en los más variados diseños de ingeniería.
Fuentes:
Braam J. 2005. In touch: plant responses to mechanical stimuli. New Phytologist, Vol 15 (2): 373-389.
Chaudhary A et al. 2018. Plant defenses against herbivorous insects: A Review. International Journal of Chemical Studies, Vol 6(5): 681-688.
Rivière M et al. 2017. Motions of leaves and stems, from growth to potential use. Physical Biology, 14: 051001